Batiburrillo de bruja


Esta luna nueva me está revolucionando, antes menstruaba con la luna llena, ahora sin saber por qué lo hago con la luna nueva y las diferencias son abismales. Con la luna llena tenía reglas más amables a niveles internos, pero la luna nueva es una explosión hacia dentro. Es como bucear en lo más profundo de ti, en las cosas que no te gustan. La menstruación par a mí es una herramienta poderosa para descubrirme, para romperme y rehacerme mejor, es exagerar y caricaturizar esas cosas que cuestan ver pero que nos impiden avanzar.
Ojalá pudiese explicar cómo veo esta luna nueva, cómo me veo en esta luna nueva. He odiado tanto las cosas que he visto de mí y me ha liberado tanto verlas… me siento más ligera, de repente las cosas tienen mucha menos importancia, de repente la barrera de la vergüenza es mucho menos fuerte. Esta luna nueva he cantado a pleno pulmón como jamás me dejé cantar, he hecho gestos mientras lo hacía que nunca me dejé hacer. He llorado por llorar, por rabia, he llorado a lágrima viva permitiéndomelo, dejándome sacar todo ese agua que me empeñé en acumular: Ángela con lo llorona que tú eres, en qué momento decidiste que llorar no era para ti, cuándo decidiste que si alguna vez lo hacías sería a regañadientes contigo misma.
Y hoy hay tantas cosas que me importan una mierda, tantas cosas que hace nada eran fundamentales para mí…
También he descubierto que confío a la carta, le digo a la vida: Yo confío en ti, pero si no me traes esto o aquello… y me pierdo tanto haciendo eso, me pierdo tanto.
La otra noche hacía el amor con Él, le pedía apagar la luz, necesitaba no ver, tal era mi incomodidad conmigo misma que necesitaba no ver nada, no distraerme con nada, quería sentir… entonces me di cuenta de que lo que sentía eran mis propias carencias, que tenía una parte de mí en rebeldía, que no había rastro allí de la bruja que soy porque la mente la tenía amordazada en algún rincón, que mi cuerpo disfrutaba cabalgando sobre Sus caderas, pero no podía conectar como suelo conectar a un nivel muy profundo. Que Él me hablaba de mi vientre, de mi magia, que Él le hablaba a la bruja y la bruja no estaba, y la mente… al menos mi mente se dejaba en evidencia, al menos era tan inocentemente idiota que podía ver perfectamente que ella quería controlarlo todo desde su incompetencia para vivir. La bruja no apareció esa noche, al menos no mientras hacía el amor, aunque sí lo hizo mientras me dormía, mientras se hartaba de la puñetera mente, mientras se desataba y decía ahora voy a mandar yo, aunque a ti te parezca absurdo, aunque a ti, mente limitante, te parezca una locura. Aunque creas que deliro, aunque tú no entiendas que me deje llevar por el instinto, por la conexión que siento al mundo que me rodea. Ahora te toca a ti volver a tu rincón, pero no a ratos, me toca dirigir a mí en exclusiva. Él me abrazó preguntándome: ¿Estás bien? Yo solo podía asentir porque me costaba contener el llanto y no quería preocuparlo, no tenía nada que ver con Él. Aún así asentía de verdad, sentía que algo se había roto por dentro e irónicamente me sentía mejor que nunca.
Llevo unos días viviendo, quizá unos cinco o seis días, pero me han parecido los más intensos de mi vida.
Me siento más unida a mis hijas, el lunes se pasaron la tarde jugando al sol en el jardín, corriendo en ropa interior, mojándose, llenándose de barro, salvando lombrices… nos salimos justo después de comer y no miré el reloj ni una sola vez, no les dije de hacer los deberes ni una sola vez, me daba igual, pero igual de verdad, no igual como otras veces que tengo que luchar contra esa razón que me dice: tú sabes que eso no es la vida PERO… sin peros, ya no tengo peros. Acabaron haciéndolos porque ellas quisieron.
Ayer por la mañana estaba agobiada en casa: tendrías que hacer esto, tendrías que escribir, tendrías que… cogí a las perras y me fui al campo, mientras andaba me inspiré, nos sentamos en una sombra y escribí. Comprendí que eso es disfrutar de tus dones, es no obligarte a desarrollarlos, solo dejar que salgan.
Hoy no me apetecía escribir, pero ha sonado esta canción, la que me hizo romper a llorar y he respirado, he visto como mi Ser me gritaba: ¡Sácame de aquí!¡Oxígeno para respirar!, y me he sentado a escribir lo que a mis dedos les ha dado la gana escribir, sin procesarlo…
En estos días también he soñado mucho, soñé con mi abuelo Luis, sé que es uno de mis guías, y eso es lo que hacía en el sueño, me guiaba de camino al colegio como hacía cada mañana cuando era niña. Cada mañana me contaba una de sus historias de fantasía, llenándome la vida de magia, me enseñaba que la vida no era el camino, sino cómo haces el camino, porque con él el camino era toda una aventura y sin él dejé que la razón me dijese que no eran más que las mismas y aburridas calles. En el sueño yo ya no era una niña, era la yo de ahora, y él estaba pero sabiendo que no estaba vivo, me llevaba al colegio, colegio en el que ya no estaba yo sino mis hijas, pero por lo que fuese yo tenía que volver. Cuando desperté sabía que aquello era importante, pero hasta hoy no lo he comprendido.


Comentarios

  1. En cada vida tenemos que morir y renacer varias o muchas veces. Tantas como ganas tengamos de avanzar, de luchar, de revelarnos contra nuestra zona de confort, de ser valientes y aceptar que nuestra primera misión en la vida es vivir. Sin más. Cada vez que nos preguntamos de donde venimos, a dónde vamos, porqué y para qué hemos venido a esta vida...caemos en la parálisis del análisis. Nuestro pensar grita tan fuerte que no nos deja escuchar nuestro sentir. Donde tenemos todas las respuestas. Enhorabuena, bienvenida ave fénix!

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